miércoles, 10 de julio de 2013


Se trata de una tecnología relativamente antigua para nuestros estándares. Estas emisiones de radio pueden ser escuchadas en frecuencias de onda corta (amplitud modulada, AM, entre los 3 y los 30 MHz) las veinticuatro horas del día, cuyos  mensajes cortos son de diferentes tipos; voces femeninas, masculinas o infantiles, que dictan series de números o letras, intercalados con mensajes en clave morse o varios tipos de sonidos –zumbidos, silbatos, etc.–, cuyas secuencias se repiten por horas. A la fecha nadie sabe cuál es su objetivo, ni quien está detrás de ellas, lo cierto es que muy posiblemente se trate de mensajes para servicios de espionaje e inteligencia, aunque no se tiene la certeza absoluta; estos mensajes son enviados desde distintos países y en diferentes idiomas, convirtiéndose en auténticos fenómenos de culto por parte de la comunidad de radioaficionados que buscan estaciones de radio distantes (diexistas). En Inglaterra existe el grupo Enigma 2000, sociedad cuyo boletín da cuenta de la actividad reciente, hallazgos y estatus de numerosas estaciones de este tipo de varias partes del mundo, con su propia nomenclatura para detallar cualquier variante en las emisiones. En 1997, el sello disquero inglés Irdial-Discs grabó un set de cinco discos compactos donde reúne hasta 160 emisiones distintas de distintas partes del globo; muchas han desaparecido, otras permanecen, y al parecer cada año surgen nuevas. La más famosa que permanece en activo, es la UVB-76, supuestamente localizada en los alrededores de Moscú, Rusia, que hasta 2012 transmitía en la frecuencia 4.625 khz, cuyo sonido persistente le ganó el nombre de ‘El zumbador’, mismo que se repite treinta veces por minuto las 24 horas del días durante todo el año.

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